Capitulo 4 - Philipe Lafertte

Los asesinos se voltearon y le vieron, se sorprendieron por la situación parecía no se esperaban algo así, entonces Ryunoske viendo que tenia algo de ventaja se lanzo para atacarles. Los asesinos no se quedaron atrás y se giraron para hacerle frente. La chica de largo cabello rubio se quito del lugar miraba la situación y tomaba un candelabro de plata.

Ryunoske comenzó a mover sus cuchillos deteniendo los ataques de los asesinos que sorprendidos miraban como sus ataques eran inútiles; La habitación no era muy grande para saltar ni nada de eso pero Ryunoske sabia como moverse entre espacios pequeños, lograba alejarse de los ataques con codazos y patadas.

Poco a poco la situación se volvía mas complicada para los asesinos que luchaban con una desesperada furia, era visible que deseaban salir de la habitación.

La joven con el candelabro en manos lo uso sin pensar dándole en la nuca a uno de los asesinos, siendo sacudido por el golpe cayendo súbitamente al piso.

Ryunoske: ¡tu, sal de aquí!

La joven miro a Ryunoske sorprendida por toda la situación. Sin vacilar tomo el mismo candelabro y corrió afuera de la habitación, el asesino que no fue golpeado intento alcanzarla pero Ryunoske de una sola y decidida patada lo mando a dar contra la pared. Cuando este asesino vio a su compañero tendido en el piso no dudo en correr hacia la ventana rompiéndola y saliendo por ella llegando al suelo girando para amortiguar el peso de la caída, pero aun así salio lastimado cojeaba y sostenía su brazo mientras corría hacia la casa como podía.

Ryunoske vio la caída desde la ventana y al ver que se dirigía nuevamente a la casa comenzó a recordar a la chica que había salido de la habitación, corrió por el pasillo encontrándola ella se veía asustada pero aun así elevo por sobre su hombro el candelabro parecía temer que fuera parte de ellos. Trato de calmarla mostrando que guardaba sus dagas y elevando las manos en señal de no querer hacer daño y bajo las escaleras para enfrentarse al asesino.

Sareno y Firione sintieron el romper de la ventana y corrieron a ver la situación. Vieron al asesino entrar a la casa y sin pensarlo fueron tras el. Muchos otros guardias que estaban al derredor sintieron los gritos y corrieron dentro.

Sareno: ¡rayos!, vamos Firione

Cuando el asesino llego hasta cerca de la escalera se encontró con Ryunoske y al ver a los guardias entrando se vio atrapado y sin pensarlo tomo su daga y la metió en el cuelo por el mentón. Todos quedaron con los ojos abiertos viendo como finiquitaba su vida. Se miraban como sin saber reaccionar a la situación.

Ryunoske no lo dudo y corrió hacia la habitación donde estaba el otro asesino, todos corrieron tras el. Llego hasta el piso de arriba y la chica estaba allí.

Ryunoske: estas bien -corriendo-

chica: si, si claro...

siguió sin parar y llego a la habitación en la que encontró a un sujeto de traje negro cortando el cuello del asesino, vestido muy decentemente, cuando se reincorporo todos pudieron ver quien acababa con la vida del asesino.

Ryunoske: ¡¿se... senador?!!

todos sorprendidos. Esperaban que respondiese sobre su acto.

Alquibia: este maldito asesino desbasto mi hogar, ¡¿ACASO CREEN QUE LO DEJARIA CON VIDA?!!

Firione: pues ahora no sabremos a que venían

los guardias se miraron a Ryunoske y sus compañeros. No les reconocían de ninguna parte decidiendo capturarlos. Ryunoske alzando sus manos con sus amigos demostrando que no era su culpa todo lo que había pasado.

Ryunoske: tranquilos tranquilos... escuchamos a la chica gritar y vinimos a socorrerla

Chica: así es, si no hubiera sido por ellos ya no estaría viva.

Al ver a la joven los guardias se inclinaron reverentemente. Los chicos no entendía la situación hasta que Sareno la vio atentamente hasta que recordó el rostro de la chica.

Sareno: ¿Princesa?... es … es la princesa de Asranea. Karia Ashmahed

al decirlo se inclino junto a los guardias, Firione al ver la reacción de Sareno no dudo en hacer lo mismo y cuando Ryunoske se disponía a hacerlo la princesa se les acerco y les pidió a todos no se arrodillaran.

Karia: por favor. No lo hagan, no en esta situación; nadie sabia que me encontraba en Fatzhar. Algo terrible a sucedido aquí. Por favor pidan a la guardia del rey que venga y que doblen las guardias. Y los que puedan Ayúdenme a sacar los cuerpos de nuestros queridos sirvientes y amigos por favor

todos los guardias obedecieron sus ordenes. Ryunoske no paraba de mirar al senador Alquibia que se limpiaba la boca con la manga de su traje con la daga aun ensangrentada en su mano. Se miraron a los ojos mutuamente y entre ellos se sentía un frió escalofrió. Quisas eran dudas de su parte o simplemente no entendía la reacción del senador, aun asi sabia que si el hacia algo así era inútil acusarlo de algo solo por ser un senador. La suave caricia de la mano de la princesa que tomaba su brazo le hizo volver en si.

Karia: gracias joven aventurero. Si no fuera por su rápida respuesta ya no estaría viva. No se imagina la grabe situación que habría pasado si hubiera sucedido. ¿Como es su nombre joven aventurero?

Ryunoske: mi... mi nombre es Ryunoske princesa, fue un placer servirle.

Los ojos de ella estaban rebosantes de caridad, como si el amor y ternura de todo un pueblo se manifestara por ellos su piel tersa y suave, su largo cabello mas allá de sus caderas de una caída fascinante. Cualquiera incluso el se asombraría de la belleza de la princesa. Su figura hermosa, suave y delicada.

Karia: por favor. Acepte mi invitación a quedarse en el lugar. Al menos para corresponderle su acto de servicio

Ryunoske: Gracias princesa, así como usted desee.

Ella asintió tan sutilmente como se alejo. El miraba su rastro mientras pensaba en todo lo que sucedió. Se animo a ayudar al resto a dejar los cuerpos tendidos en orden en el pasillo cubierto con sabanas. Todas las marcas de muerte eran dagas o veneno. Se desalentaba al saber que su presencia ya era mas que notoria en el problema. Firione que estaba cerca a el le tomo el hombro y asintió hablándole sutilmente para que nadie notara lo que hablaba.

Firione: tranquilo. Por ahora nadie dice nada. Quisas piensan fuimos alguien que los vio entrar. Por ahora ponte del lado de la princesa creo tiene mas influencias con ellos, no hemos provocado nada malo.. aun

Firione se alejo mientras ayudaba a cubrirlos, Ryunoske se sentía observado y muy lejos de allí en la puerta de salida estaba el senador mirándolo con cara de indignación. Cuando noto esto. Se giro y retiro del lugar. Ryunoske quedo estático mirando aquel desprecio, no tomo el caso de la situación. Termino de envolver los cuerpos.

A los minutos después se escuchaban sonidos de tropas avanzando por la calle que daba con la puerta principal de la mansión. salio del lugar para ver entre los muchos guardias que ya habían el abrir de las enormes rejas de la entrada, eran tropas de la guardia misma del rey, entre ellos se veía un estandarte. Era un ángel empuñando una espada mientras sus alas envolvían lo que era su cuerpo, sus armaduras protegían mucho de su cuerpo, eran blancas y plateadas con suaves adornos. Una obra de arte hecha armadura. Cuando entraban un hombre de larga capa con la armadura mas grande que todo el resto caminaba directo a la entrada de la mansión donde la princesa esperaba en la puerta junto al senador. Este se inco reverentemente ante ella el grupo de guerreros armados se arrodillo luego de su líder y un sutil silencio se esparcía en el lugar.

El líder de ellos saco su casco suavemente y de el aparecía su cabello castaño con suaves canas que resaltaban su edad, su rostro era suave y una delgada la cicatriz que se dibujaba desde su cien a su mejilla mostraba sus antiguos combates; sus ojos no podía ocultar su suave mirada. Aun tan parecida como la de la princesa a la cual miraba. La princesa se acerco a el y este miro nuevamente al suelo, demostrando su humildad.

Karia: gracias por venir Capitán Philipe Lafertte, por favor póngase de pie usted y sus tropas. No deseo que hagáis eso por mi.

Cuando menciono su nombre la piel de los 3 se congelo, todo suave aventurero había escuchado sobre el, era un hombre de temer. Un gran exponente de las guerras tanto que incluso los mismos guardias de la princesa tomaron la posición de saludo militar de Asranea.

Ryunoske sentía como sus piernas temblaban. Se decía mucho de el, que era capaz de ver el corazón del resto, un hombre tocado por Odin y temido por el mismo, miles de canciones y cuentos eran sobre sus hazañas por momentos recordaba que cuando pequeño le vio cuando era muy joven siendo recibido por todo el pueblo con flores y alegría. El padre de Ryunoske le apuntaba a Philipe como un gran icono no recordaba lo que este le decía pero si sintió una gran inspiración.

Philipe se levanto y sus tropas con el. Sonrió a la princesa y esta le devolvió con una suave carcajada aquel lindo gesto.

Philipe: ¡Mártires! Tomen sus posiciones. Nadie puede entrar sin ser verificado. Turnos dobles hasta mover a la princesa hasta el castillo.

Tropas: ¡¡COMO ORDENE COMANDANTE!!

se miraron unos segundos y intentaban no quitarle la vista se hablaban entre dientes como sabiendo que si alguien podría descubrirlos era Philipe

Firione: rayos... esto ahora si se nos pone aun mas complicado

Sareno: ni … ni que lo digas... nunca pensé que viviría lo suficiente para verlo tan de cerca.

Ryunoske: calma.. calma.... no creo que ni pueda conocernos, es mejor irnos

Firione: tienes razón vamos

mientras se volteaban suavemente del grupo de guardias y sirvientes que aun vivían sintieron la suave voz de la princesa

Karia: ¡Ryunoske!, ¡Ryunoske!... esperen no se vayan por favor

toda la gente al ver hacia donde miraba la princesa se voltearon a mirarles ellos se detuvieron se mordían los labios mientras se miraban nerviosos susurraban

Sareno: que no camine con Philipe, lo que sea pero que no venga con el

Firione: si por favor

se voltearon lentamente como si no quisieran mirar. Ryunoske era el mas seguro de los 3 el volteo mas rápido y fue cuando vio que la princesa se acercaba junto a Philipe

Sareno: sabia que moriría joven...-susurraba-

Ryunoske: ya calla...

ellos sonrieron y miraban a la princesa esperando que la mirada no se cruzara por los de Philipe.

Karia: gracias por deteneros, como les dije aun deseo que puedan ser recompensados por su valiente acción. Por favor Philipe estos jóvenes deben ser reconocidos como mis salvadores.

Philipe: así sera princesa, como usted diga

Philipe se acerco y ofreció su saludo a Ryunoske extendiendo la mano. Este se adelanto y le saludo.

Ryunoske: es un placer conocerle.

Philipe: el placer es mio jóvenes. Gracias por ayudarla, si no le hubieras salvado seria demasiado horrible para imaginarlo

la princesa se sonrojo sutilmente y sonrió. Parecía muy relajada al tener a Philipe a su lado. Como si los años no se notaran en cambio el intentaba mostrarle todo el respeto que su posición le daba. Aun asi su diferencia de años era notoria. La joven bordeaba los 22 y el los 40 años.
Karia: bueno. Si me permiten. Les dejo la compañía del comandante. Yo debo ver como transportar a nuestros queridos sirvientes y guardias. No tardare

la princesa se volteaba mientras educadamente el comandante le rendía un cortes saludo. Se alejaba y su hermoso cabello se movía sutilmente con la briza de la noche. Todos le miraban. Era un espectáculo mas de belleza y ternura que cualquier cosa vista. El comandante volvió a mirar a los 3 y su cara sonriente cambio bruscamente.

Philipe: no estoy seguro de su buen acto aun señores. Así que les pediré se queden, eso quiere decir que no pueden irse de mi vista hasta que yo lo diga.

Firione: pero.. comandante nosotros...

Philipe: nosotros nada.... se que la princesa supone lo mismo que yo, si ni siquiera los guardias exteriores notaron lo que sucedía dentro ¿como ustedes si pudieron?

Ryunoske: nosotros...

Philipe: no, nada de nosotros. No se vayan, no les he pedido nada mas, yo investigare la situación y si no son culpables les rogare me perdonen y les recompensare... pero si los encuentro culpables. No desearan seguir con vida.

Se volteaba firme y decidido su capa ondeaba mientras ellos sentían un riesgoso frió por su cuerpo. Varios guardias se montaron a su derredor.

Ryunoske solo lo miraba recordando por fin lo que su padre le decía desde pequeño en aquel desfile.

“hijo, ojala llegues a ser como el”

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