Capitulo 5 - Remembranza

La mañana se hacia presente por el gran ventanal de la mansión que era la entrada de luz de aquella habitación. Era extraño no sentir el aroma de los arboles húmedos que siempre recordaba Ryunoske de su hogar. Sacaba su flauta de su espalda mientras a su lado estaba Sareno descansando, Firione miraba al derredor de la hermosa habitación, Quisas buscaba divertirse tras esas 4 largas horas Que estaban reclusos en ese lugar. Ryunoske dudo unos instantes al poner la flauta en sus labios. Quisas podría ser la ultima vez que disfrutaría de la flauta de su padre.

Cerrando sus ojos recordaba aun cuando regalaba su flauta a Miriene cuando esta se marchaba con sus tíos hacia Garesio, una ciudad llena de ricos donde los ladrones no tenían oportunidad por ser el centro de actividades de muchos gremios de asesinos. Es la ciudad de las mafias y grupos secretos de contrabandistas, Todos sabían que esa ciudad era adinerada por esa causa pero aun así nadie hacia nada para detenerlo. La recordaba marcharse mientras intentaba dibujar una sonrisa en sus temblorosos labios sus ojos azules bañados en lagrimas, Miriene no solo había perdido sus padres esa vez, Si no; también su mejor amigo.

Firione: ¿por que dudas tanto en tocar esa flauta? -decía mientras le sonreía alentándole a tocarla-

Ryunoske: solo recordaba algunas cosas … esta flauta me recuerda a mi padre y a...

Sareno: Miriene.. -respondía mientras se acomodaba recién despertando en aquel sillón-

Firione: ¿ella es la chica de la que hablamos antes cierto?

Sareno: claro, es ella misma. Miriene se perdió hace varios años de nuestras vidas luego de irse a Garesio, ya que sus padres murieron en un incendio terrible donde el mismo padre de Ryunoske murió, Lamentablemente nadie pudo hacer nada para solucionarlo.

Firione: es por eso que siempre es muy callado, ahora comprendo

súbitamente mientras hablaban Ryunoske comenzó a tocar su flauta con aquella dulce suave y melancólica tonada. Sareno sonreía mientras suspiraba y lograba sentír una enorme paz en aquella habitación. Firione les miraba como aprendiendo mas de ellos, enfocando sus ojos en los dedos de Ryunoske que acariciaban la flauta sacando tan hermosa tonada.

Ryunoske cerraba sus ojos recordando cada hermoso momento con su padre, Este le llevaba al bosque a juntar frutas con su madre y a comerlas lavándolas en el rió. Su padre cortaba una rama del árbol, sacando una cuchilla cortaba y daba forma a una caña.

Cuando regresaban a casa mientras su madre le cantaba hermosas canciones, su padre tallaba una hermosa flauta hecha de un roble fuerte solo acostumbrado a criarse en Meridia, Al terminarla se sentaron debajo del árbol del patio de atrás de la casa y este le enseñaba a soplar por la abertura de la flauta.

Con el paso de los meses Ryunoske creció y ya tocaba escalas y suaves tonadas, Su madre sonreía mientras lavaba la ropa junto a su padre, Ambos estaban muy felices de que su hijo aprendiese la música desde tan joven, Ese día entre la hermosa tonada entraba una chiquita muy asustada de hermoso pelo rojizo por la puerta del patio de casa lloraba casi en silencio, los padres de Ryunoske le preguntaban que le sucedía y notaron que estaba golpeada. La reconocieron como la hija de la familia de enfrente de su hogar, de la que se escuchaban gritos y llantos, Era la casa del capataz de las minas de la piedra Madra, ninguno del resto de los trabajadores estaba en contra de su accionar, La ciudad recién estaba poblándose de mineros y temían perder sus trabajos por intentar detener su salvajismo, incluso el mismo padre de Ryunoske al ver a la dolida pequeña se disponía con hacha en mano a terminar con tal salvajismo, pero su mujer le detenía para no cometer una imprudencia.

Era en esa habitación donde descansaba la niña de su llanto donde se conocieron, Jugaron un buen rato mientras cosas terribles pasaban en su casa. Miriene era su nombre y sus familia era compuesta por su papa, su madre y su hermana adolescente.

Los meses pasaron y Sareno apareció traído por el mismo padre de Ryunoske. Sareno trabajaba en las minas desde muy pequeño llevando agua a los trabajadores por comida, Era un joven con mucha hambre de todo tipo de comida, La familia parecía muy feliz de poder tener a alguien mas entre ellos. Miriene siempre aparecía todas las tardes antes que llegara su padre a casa y corría por los bosques con Sareno y Ryunoske, ademas aprovechaba de comer junto a su familia.

Una vez se intento detener el salvajismo del padre de Miriene por los guardias de la mina, Este mismo los expulso de la mina. cuando se preparaban para irse alguien les asesino cruelmente y todos en la ciudad imaginaban había sido el. Entonces aun mas miedo generaba.

Miriene a veces corría desde su casa en las noches cuando se escuchaba la terrible escena de golpes a su madre. Ella se refugiaba en la casa de Ryunoske abrasada a el llorando, El intentaba consolarla abrazándole y calmándola para que al fin terminara cansada de llorar en su cama, el tocaba su flauta para poder apaciguar el ruido que causaba la violencia de la casa vecina en la cual estaba su familia.

En los ratos libres le enseñaba a Miriene a tocar la flauta. Fue así como el padre de Ryunoske al verlos tocar decidió hacer una flauta para Miriene y enseñarles aquella hermosa tonada. El les contaba que la había hecho uno de sus amigos de la juventud, y que la tocaba recordando a sus amigos que poco a poco murieron en sus aventuras.

Ambos con el tiempo la tocaban de forma hermosa, incluso el mismo Sareno con la ayuda de la tabernera aprendió a tocar el violín. Los 3 iban a la enfermería de la iglesia a tocar sus instrumentos para alegrarle el día a los enfermos o lastimados por los trabajos en la mina.

Miriene: “Ryuni”, je je je creo que iré a tocar la flauta a mama, creo que al menos así le podría regalar algo de alegría

Ryunoske: si quieres voy contigo, Así tu mamá sabe que estamos con ella y que nos preocupamos

Sareno: si si, tenemos que ir a tocar a tu madre de seguro que la haremos sentir mejor

los 3 sonreían muy felices esperando que se acercara el día en que pudieran llegar a tocar juntos para hacer sonreír a todos aquellos que eran tristes. Los años pasaron y Ryunoske ya teniendo 14 años presenciaba algo horrible, La joven y hermosa hermana de Miriene era encontrada muerta cerca del rió. Aparentemente violada por alguien. El papa de Miriene abrazaba a su esposa mientras enterraban a la joven. Todos buscaron por meses al derredor de la ciudad sin encontrar al culpable, Muchos en la oscuridad hablaban del padre de Miriene era el culpable.

Miriene intento consolar a su madre que pasaba abrazada a la ropa de su hija, seguro intentar sentir el aroma de esas ropas para encontrar en ello recuerdos de la vida de ella. Ella se apresuro a tocar una hermosa tonada, La misma que el padre de Ryunoske le había enseñado. Y así su madre poco a poco comenzó a recuperar la cordura. La edad comenzó a transformar a Miriene en una hermosa joven, ella Ayudaba a su madre y luego iba a la casa de Ryunoske a cuidar la hermanita de este, que hace un año había nacido. fue en esos dias que ella y el tomaron una decision para siempre.

Miriene: Ryuni, ¿puedo preguntarte algo? -le decía mientras estaban cerca del río mientras Sareno corría entre los arboles buscando manzanas-

Ryunoske: pues claro Miriene -este le contestaba muy feliz-

Miriene: ¿cuando sea mas grande nos casaremos verdad? -Se sonrojaba mirando hacia el río esperando una respuesta negativa, Ryunoske la miraba y se sorprendía por aquella pregunta. su corazón latía a mil sabia que sentía algo hermoso por ella-

Ryunoske: claro que si Miriene, claro que si, es lo que mas quiero en mi vida. siempre he desado ser tu esposo

Miriene: jijiij ¿lo prometes? -sonrojada se acercaba a el tomando su manita-

Ryunoske: lo prometo.

Miriene se sorprendió y ambos muy sonrojados rieron se acercaron lentamente y con un suave y tierno beso sellaron su promesa.

Al pasar ese día se lo comentaron a Sareno, este recibio la noticia muy alegre, luego de eso partieron a casa, Ryunoske y ella se separaron soltando lentamente cada uno de sus dedos mirándose sonrieron felices y entraron a sus casas. Miriene llego como siempre a tocar con su flauta una linda tonada a su madre para hacerla descansar.

El padre de Miriene llego súbitamente a casa como nunca antes. En ese momento vio como su hija tocaba la flauta para su madre, se acerco de forma violenta y tomo la flauta partiendola en dos, empujo contra la pared gritándole miles de cosas a Miriene, enojado al máximo fue a la cocina sacando un cuchillo. Miriene comenzó a gritar desesperadamente mientras su madre se ponía entre ella y el padre, Ryunoske y su familia escucharon los gritos de Miriene y el padre de ella, Ryunoske corrió hacia la casa de ella mientras su papa besaba la frente de su bebe y los labios de su esposa, este salio de golpe y salio a la puerta a ver que sucedia.

Su padre corrio hacia la casa y rompió a fuerza la puerta, ya el padre de Miriene había dado una herida mortal a su esposa, la que cubria a Mirene mientras ella le pegaba con aquella arma. Miriene gritaba desesperada abrazando a su madre.

Ryunoske la vio y quiso entrar pero el padre de Miriene empezó a intentar atacar al papa de Ryunoske, ambos forcejeaban mientras rompían cosas por la casa. Ryunoske se metió a la casa como pudo y trataba de sacar a Miriene del lugar, la madre de Miriene murió diciéndole cuanto le amaba a su hija, mientras el forcejeo de ambos padres era brutal se habían hecho muchas heridas graves. cuando luchaban una lampara callo al piso incendiando parte de la cocina y lo que estaba cerca de la puerta.

Ryunoske tomo de la mano a Miriene pero no lograban salir de la casa, el fuego se propagaba rápidamente. Intento hacerse de algo con su mano para quitar aquel fuego pero fue inútil dejandole un gran tajo en medio de su mano. La gente del pueblo llegaba a ver lo que sucedía ya que la madre de Ryunoske gritaba por ayuda, el pueblo intentaba entrar pero era imposible.

La lucha entre los padres era intensa, el padre de Ryunoske se ayudo con aceite hirviendo arrojándolo al rostro del asesino separándose de el. había sido herido por la cuchilla de este gravemente. Como pudo tomo a Ryunoske y a Miriene en sus brazos y corriendo contra el fuego salto cayendo fuera de la casa en llamas. El apenas podía parar el sangrado y su esposa eh hijo gritaban por ayuda, el medico de las minas corrió a socorrerlo mientras el padre de Miriene se reía dentro de la casa.

Al verse rodeado del fuego se dio cuenta en el peligro que estaba y comenzó a gritar por ayuda a suplicar clemencia, la gente no deseo ayudar al asesino. dejando que se quemara poco a poco, las calles se llenaban con gritos de dolor que hacian estremecer a quien sea.

El medico negaba con la cabeza mientras revisaba al padre de Ryunoske, su esposa noto la expresion del medico y tomaba la mano de su marido mientras cargaba su bebe, este vio a su bebe sonrió mientras le costaba respirar, su esposa le beso y ambos declararon cuanto se amaban. Tomo su collar y se lo entrego a su hijo, Este aun con su mano herida intentaba animar a su padre.

Ryunoske: papa... no por favor no te vayas, ahora no por favor

Padre: hijo... tranquilo por favor... no te sientas mal.... debes cuidar a tu madre... ser un hombre fuerte... y cuidar de ellas... de ellas 3... cuida a Miriene por favor..., toma esto.... es un recuerdo de lo que debes llegar a ser.... nunca lo olvides hijo .. siempre estaré.. con ustedes.. siempre los amar..e........

quizás, esperaba que el tiempo se detuviera en ese momento. En ver y disfrutar aun mas a su padre Sabiendo que ese día las cosas cambiarían para siempre. pero, aun así, La vida con el tiempo le enseñaba cuan dura era.

Al día siguiente. Los tíos de Miriene vestidos de manera extraña con un estilo muy elegante. la tomaban para llevarla a Garesio, lo que quedaba de la familia de Ryunoske estaba despidiendola, La madre de Ryunoske le regalaba los típicos panes dulces que amaba comer, luego de despedirse de ella Ryunoske se le acerco quedando cara a cara.

Miriene: yo... quiero quedarme contigo... pero.... no me lo han permitido

Ryunoske: lo se Miriene... -tomaba sus suaves manos, ella acariciaba su mano herida- no debes sentirte mal. No es tu culpa

Miriene: pero Ryuni... tu promesa

Ryunoske: mi promesa la cumpliré, volveré a ti y nos casaremos.... siempre te he amado Miriene

Miriene: yo... -a ella se le llenaban los ojos de lagrimas- yo también te amo mucho Ryuni

Ambos lloraban y intentaban sonreír. El nudo en la garganta venia del deseo de cambiar la situación pero no era posible, Ryunoske tomo su Flauta y se la paso en la mano cerrándosela suavemente.

Ryunoske: sigue tocando por nosotros, Hasta que podamos estar juntos.

Miriene: si Ryuni.... siempre lo haré -las tías le llamaron de lejos Ryunoske beso su mano y ella lloraba sin consolación murmuro un suave adiós y corrió hacia las tías. Mientras el lloraba miraba como ella se alejaba. Triste abrazo a su madre esperando encontrar consuelo, mientras lo hacia noto la melodía de su padre, miro hacia Miriene y ella caminaba tocando la tonada suavemente.

Terminaba de tocar aquella melodía en esa habitación. Volvía a la realidad y ya no estaba sumergido en sus recuerdos. Sus amigos le miraban, Sareno tomaba su hombro y Firione asentía. Ryunoske estaba llorando rápidamente limpio sus lagrimas y se paro.

Ryunoske: debemos salir de aquí, ahora mismo.... tenemos que hacerlo

Sareno: tranquilo hombre jejeje... ya veras que saldremos para bien o para mal

Firione: pues tengo la confianza que saldremos adelante

Sareno: ¿por que lo dices? -miraba a Firione como extrañado-

Firione: no seas pesimista. Mira a Ryunoske, no duda que saldrá del lugar y esta esperando positivo y siente que algo que nos liberara

Ryunoske: no... no es eso amigos... -el les miraba sonriendo ellos le miraban extrañados, sorprendidos que alla cambiado tan rápido de parecer- aun tengo que buscarla... aun tengo mucho que hacer, tengo que salir se que saldré

la puerta comenzó a sonar, Ryunoske guardo la flauta de su padre, Sareno y Firione se levantaron, los guardias abrían la puerta y entraba Philipe Lafertte y la Princesa Karia Ashmahed cerrando la puerta quedaron los 5 a solas en esa habitación.

Philipe: tenemos que hablar.